¡QUE LLEGA LA EXTREMA DERECHA!

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Cuidado con esta gente, que son capaces de darle un mazazo al articulado de la constitución para anteponer los beneficios de las entidades bancarias a la de las personas. Solicitarán grandiosos préstamos que enriquecerán a los primeros y empobrecerán a los segundos durante décadas. Esto originará la imposición de recortes que crearán situaciones como largas esperas en hospitales o desahucios masivos con sus consecuentes suicidios. Como una dictadura, pero de los mercados. Estados como España obsequiarán su soberanía a grandes corporaciones, que en colaboración con países del norte como Alemania, someterán sus decisiones.

Tendrán la osadía de implantar una reforma laboral que destruya los derechos conseguidos por nuestros padres y abuelos, o una ley mordaza contra la libertad de expresión que encarcelen a los españoles cuando se manifiesten, compongan una canción, monten una obra de títeres, relaten un chiste o le saquen la lengua a la bandera. No me extrañaría que se pongan unos sueldos increíblemente altos y unas dietas sin necesidad de justificar. Entregarán la gestión de los recursos del país a grandes empresas, y con ello se entrará en una dinámica de corrupción altísima que manche a todos los miembros del partido y acabe impregnando a todo el país.

Ahora se clama ¡qué llega la ultraderecha!, sin parecer entender que ya los tenemos aquí desde hace décadas. Un partido o gobierno es de ultra derechas por las acciones, aunque tenga eslóganes, dibujitos o siglas muy monas en su logo. Ya estaban aquí, solo que escondían sus vergüenzas tras las palabras neoliberal, centro derecha, populares, o siglas socialistas. Le han estado preparando el terreno a los que hoy se muestran con orgullo tal como son y que vienen a rematar la faena implantando sin tapujos y orgullosamente la barbarie como principal medida política colocando en lo alto de esta mierda de tarta la guinda de la xenofobia, el racismo o ese patriotismo raro donde se ama mas a las banderas que a las personas que representan.

Francia, Italia, Polonia, Hungría, y ahora España. Solo es el final terrible que se repite insistentemente en un mundo regido por el dinero. Con un "colorín colorado" este mal cuento de nuevo se ha iniciado. No han asomado la pata impregnada de harina bajo la puerta para hacer creer que son corderos, como siempre han hecho. Son insaciables lobos hambrientos. Y han entrado porque los de adentro ingenuamente también se creen que lo son. Si la maldad toma forma de manada de lobos, los corderos deben tomar forma de leones.

Creación Página: 05/12/18
Última Modificación: 10/03/19

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