UN DIOS OBJETIVO

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Una reflexión objetiva sobre algo es aquella que se hace sin estar influenciado por ese algo. Si le tenemos cariño a una persona probablemente nos costará más trabajo culpabilizarlo de algún acto delictivo. Otro ejemplo, aunque algo vulgar, lo tenemos en el refranero con aquello de que "A nadie le huelen mal su pedos ni sus hijos le parecen feos". ¿Qué tiene que ver esto con la religión? A mi entender mucho. Yo he nacido y criado en Sevilla, y el que conozca su cultura, tradiciones y fiestas, sabrá que en muchos aspectos está ligado a la religión.

Mi padre y mis hermanos fueron nazarenos, como casi cualquier sevillano. En mi casa era raro que alguna estancia estuviera privada de algún cuadro con temas religiosos, de la estampa de un santo, o de un crucifijo. A mi tía la recuerdo con una prenda religiosa morada y cuando chico, rezaba antes de dormir y de rodillas aquello de "Jesusito de mi vida, tu eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón. Tuyo es, mío no". Casi todos los días de fiestas de la ciudad están relacionados con la religión. Corpus Cristi, La Inmaculada, Día de Todos los Santos, Natividad, Asunción, Epifanía, Jueves y Viernes Santo... y hasta este mismo año de 2018, teníamos festivo el día de nacimiento del rey Fernado III, conquistador de la ciudad y convertido en santo. Para mostrar mi asombro, ante un autodenominado estado aconfesinal, no puedo evitar, sin ser católico, santiguarme.

Nací en el sesenta, Franco murió en el 75, y el nacionalcatolicismo, tal como se aprecia, lo impregnaba todo. Esto anterior es para explicar, que las costumbres, por muy excéntricas y raras que sean, si lo hemos mamado desde pequeños no las consideraremos excéntricas ni raras. Esto sería posible si tuviéramos una orientación o educación que se encaminara a reforzar nuestro intelecto, y no a adaptarlo a un entorno desequilibrado. Debido a que ese entorno beneficia económicamente a los individuos de un sector de la sociedad, éstos, con la fuerza que les da la posición económica alcanzada, impondrán una manera de pensar que permita que ese entorno desequilibrado permanezca en equilibrio. Y para que el razonamiento desquiciado religioso no lo parezca tanto, hasta se ha intentado fundir fe y razón. En mi opinión, no lo encuentro posible, porque vuelvo al principio, la influencia no nos permite razonar convenientemente y habría que realizar en principio una especie de formateo.

Si todos los creyentes de hoy en día hubiesen nacido en Italia y en tiempos de Julio César, habrían abrazado la mitología romana y adorado a sus dioses con la misma intensidad con la que lo hacen hoy, con dioses distintos. Con la misma mente que un cristiano, judio o musulmán lee las absurdas e increíbles historias, aunque eso sí, entretenidas, de los antiguos y desaparecidos dioses romanos, con esa misma mente deberían de leer sus Evangelios, su Biblia, y su Corán.

Pablo Mora

Creación Página: 22/08/18
Última actualización: 22/08/18

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