LA DEMOCRACIA Revista El Jueves, Nº 2013, Diciembre 2015 Con tanto poder, no doy credibilidad a nada, pero en el caso de que el computo de los resultados electorales sean reales el hombre se enfrenta a lo de siempre, alcanzar el suficiente desarrollo intelectual que permita a la democracia ser verdaderamente efectiva, convirtiéndose el voto en un arma y escudo con la que implantar y fortalecer la defensa de los derechos humanos establecidos internacionalmente. A lo largo del camino y como campesinos de cuentos de Grimm, sin zapatos y con vestiduras rasgadas, la mayoría sigue vitoreando inocentemente las carrozas reales cargadas de riquezas en dirección a palacio. Curioso objetivo de la democracia, fabulosa herramienta para impedir que el poder recaiga sobre un monarca, y acaba siendo utilizada por los mismos ciudadanos para consentir que el uno por ciento de ellos se conviertan en marqueses. Parece mentira que tras comprobar una y otra vez las insistentes y erroneas respuestas electorales de los ciudadanos a lo largo de la historia de la democracia, y especialmente en estos tiempos tan malos, me pase por los forros la idea de aquellos racionalistas del siglo lúcido cuando sostenían que el absolutismo era malo y la voluntad de la mayoría buena. Prefiero un rey que amando a su pueblo luche por dejar de ser rey, antes que un millón de ciudadanos que egoistamente quieran serlo. Última modificación de esta página: 07/12/16

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